Guadalajara es la ciudad de los cuentos no sólo durante el Maratón de los Cuentos, que se celebra en el mes de junio, sino durante todo el año. Por eso, un viernes de cada mes, de octubre a mayo, los aficionados se juntan en el salón de actos del Teatro Moderno de Guadalajara, a degustar las historias que cuentistas de todas las procedencias traen en sus maletas de humo y pensamiento.
No es que seamos unos obsesos con el tema, pero hemos de reconocer que nos gustan los cuentos. Adoramos la humana calidez de las palabras que nos cuentan historias lejanas y cercanas, soñadas y cotidianas. Disfrutamos tanto que hemos tenido que ampliar progresivamente el círculo. Al principio, hace muchos años, éramos un grupo de no más de veinte personas que nos juntábamos en una sala de la Biblioteca Pública de la ciudad a escuchar nuestros propios relatos, o los relatos de otros hechos nuestros. De ahí pasamos a congregar a decenas de personas en el salón de actos del Centro Cívico, que en un par de años se quedó pequeño y nos fuimos al Salón de Actos del IES Brianda de Mendoza. Hoy, más de 400 personas se congregan un viernes al mes para conocer y reconocer relatos traídos de aquí y de allá, rescatados de lugares que probablemente no existen. ¿O sí?