Desde muy pequeño supe que tenía gente en el cuerpo. Lo supe como se saben esas cosas: sin saber, mirándome al espejo, con la certeza de lo inevitable, por el sabor que se me quedaba entre los dientes las tardes de aburrimiento.
Juan Berzal
Nací por casualidad en Guadalajara. Allí pasé mi infancia y mi adolescencia aprendiendo a hacer el payaso, a cantar mal y a correr veloz. También a soñar y a jugar, quizá para escapar de una realidad que, siendo franco, no me hacía muy feliz.
Por casualidad fundé en Guadalajara con otros ingenuos soñadores una compañía de teatro, Ultramarinos de Lucas. Hace ya mucho. Con ellos descubrí que la vida (el teatro) va de insistir, resistir y persistir. Y jugar. Y mirarse en los ojos de los demás. Un día, por casualidad, nos dimos cuenta con alegría de que hay que ser muy tontos para hacer teatro.
Llevo toda la vida haciendo el tonto y contando hitorias.
Mi madre (y mis amigos) siempre dicen que no saben cuándo hablo en serio y cuándo en broma. Yo tampoco.