Viene de Santiago de Chile. Aprendió a amar las historias por boca de sus padres, que supieron contarle cuentos, anécdotas y recuerdos. Fueron esas palabras a la hora de dormir las que le convirtieron en escritor.
La poesía también irrumpió en su vida cuando era pequeño, pero cuando logró entenderla ya era demasiado tarde. O tal vez no. La poesía casi le mata (de amor, de miedo, de euforia) y yo todavía no sabe si la entiende. Pero las historias que va contando le recuerdan que no podemos vivir sin ella.
Viernes 21:00 horas, en el Salón de Actos del CMI Eduaro Guitián de Guadalajara.