Noticias

Hasta siempre, querido Luis

19
jul '23

Nuestra ciudad tiene hoy un motivo de tristeza, porque acaba de morir Luis Moro Barreñada, un hombre bueno.

Luis fue durante muchos años Presidente del Seminario de Literatura Infantil y Juvenil, responsabilidad que asumió con la infinita generosidad que le ha acompañado a lo largo de la vida, la misma con la que nos ha querido a todas las personas que nos hemos cruzado en su camino.

Él decía que, cuando conoció a Edu, su mujer, siendo los dos muy jóvenes, comprendió que había venido al mundo para cuidarla. Y desde entonces se ha dedicado a eso, lo cual no le ha impedido abarcar otras muchas tareas, como hacer la vida agradable a cientos de personas, volcarse en las causas que él creía justas, ayudar todo lo posible a sus dos hijos y preparar, en su casa siempre abierta, cocidos maragatos para una multitud. Porque, aunque se sentía y era profundamente guadalajareño, había nacido en Astorga, y disfrutaba ofreciendo a su gente querida los ricos alimentos de su tierra chica.

Ingeniero hidráulico de profesión, Luis era un hombre muy culto. Lector impenitente, llegó a escribir varias novelas cortas que permanecen inéditas. Cada año, cuando llegaba el Maratón de los Cuentos, escribía o reescribía con mimo el cuento que luego contaba con elegancia y solemnidad.

Al llegar a la jubilación, incluso mucho antes, se entregó con pasión a la cultura y al Seminario de Literatura Infantil y Juvenil, sembrando amor entre los compañeros de asociación, que hoy estamos en shock por la pérdida no solo de un amigo, sino de un hermano, un padre, un consejero siempre con los oídos abiertos y los brazos dispuestos a acoger.

Luis supo que tenía un tumor cerebral hace casi dos años. Ha luchado contra él con todas sus fuerzas, no tanto para vivir más sino para poder seguir acompañándonos. Aun sabiendo que tenía pocas posibilidades de éxito, hace unos meses decidió someterse a una operación peligrosa, con un complejo proceso posoperatorio. Cuando su familia pudo entrar en la UCI, lo primero que dijo, casi sin voz, casi sin fuerzas, es que quería llegar hasta el Maratón de este año para poder contar. Y llegó, pero ya no pudo participar como siempre. 

 No sé por qué creemos que los grandes hombres son los conquistadores, los inventores, los que consiguen un premio importante, cuando una muerte cercana nos desvela lo que deberíamos tener bien presente todos los días: las personas grandes son aquellas que, como Luis, dejan al despedirse un rastro profundo de amor y generosidad. Y no son tantas. Por eso, nuestra ciudad pierde hoy tanto con su muerte.

We use own and third party cookies to perform usage analysis and measurement of our website to improve our services. If you continue browsing, we consider that you accept their use. OK More info