Nací en Queirugás, una pequeña aldea cerca de Verín (Ourense). De las historias que escuchaba a mis abuelos surge mi pasión por la narración oral, por la lengua, por la lectura y por el teatro. En aquella época, sabía la hora exacta por el sol, jugaba con muñecas hechas con mazorcas de maíz e hipnotizaba gallinas. A pesar de mi timidez, en el patio del colegio reproducía para mis compañeras y compañeros esas historias escuchadas a la luz del fuego.

Soy actriz, titiritera, filóloga, y sobre todo, contadora de historias. Mi repertorio incluye cuentos tradicionales, leyendas de cada rincón, adaptaciones de cuentos de autor e historias propias. En mis espectáculos el público es un elemento fundamental, grandes y pequeños entran a formar parte de la historia. En mis montajes la participación activa y el humor son siempre piezas clave. Quizás sea por los cuentos que me contaba mi abuela (porque la memoria de los antepasados no es sólo vida, sino sabiduría pura), quizás porque la niña que llevo dentro sigue soñando con ese mundo de fantasía, sea como sea, los cuentos forman parte de mi vida personal y profesional desde hace veinte años.

Actualizado en mayo de 2020