Nací, crecí y sigo viviendo en Madrid. Desde mi infancia ando lee que te lee, pero fue en mi adolescencia cuando por primera vez escuché cuentos de viva voz. Fue en una clase de literatura: entraron dos narradoras por la puerta, y una hora después estaba fascinada. En ese mismo momento pregunté qué había que hacer para contar cuentos. Y en esas sigo, investigando, compartiendo, contando, abriendo una puerta de este oficio y encontrando una habitación llena de muchas puertas más.

Cuento historias, cuentos, aventuras y leyendas para todo tipo de público. Actúo en todas partes pero no en cualquier parte, porque un cuento que se vuelve palabra dicha requiere cuidado y respeto para poder echar a volar.

Actualizado en mayo de 2020