Podría decir de mi oficio de contador que lo soy por pasión etnográfica y ansia de biografías. Mi vida me ha parecido siempre bastante aburrida e intrascendente si la comparo con la de quienes me rodean, que me la contaban, que me la contaron, que me la cuentan

Resulta que fui criado en una casa, un pueblo y unas aldeas dónde lo más abundante, después de entablar conversación metereológica, era la amplia memoria de peripecias vitales, entre las que se atrapaba como pájaro al vuelo, cualquiera de los materiales de la literatura oral y se injertaban en la vida, que es la experiencia de la soledad y de la convivencia.

Desde mi infancia y hasta ahora mismo, tanto las historias de vida, como los cuentos y la música tradicional, son muy importantes para mí, por el sencillo motivo de que en cuanto te cuentan y cantan lo que sea, están contigo

Otro motivo es porque poco más somos que historias de vida, poco más y nada menos.

Actualizado en mayo de 2020