Nací estrenando el mes de agosto del año 1982. En Madrid.

Crecí en esta misma ciudad y pronto aprendí a amar y a odiar a partes iguales algunos de sus rincones.

Empecé a escribir porque no quería que se me olvidara nada.

En mi curriculum dice que estudié Educación Infantil. Lo que no dice es que soy capaz de entenderme con los niños más pequeños mucho mejor que con la mayoría de los adultos.

Cuento desde que tengo uso de razón porque ya desde mucho antes me contaron.

Cuento para adultos, para niños y para bebés. O con ellos. Como un juego diferente cada vez.

Me gusta armar y desarmar el cuento, darle una vuelta de tuerca hasta encontrar el cuento dentro del cuento (y, quizás, a la vuelta de alguna esquina, la poesía).

Cuento con la voz, con las manos, con todo el cuerpo. Me recreo en las palabras y las veo ir y venir a su antojo. Y no puedo hacer otra cosa que no sea seguirlas.

Mi padre me dijo una vez que soy nostálgica del tiempo de otro.

Yo pensaba que la imaginación era un país

Actualizado en mayo de 2020