Alekos vivía en Colombia en una casita perdida en la montaña junto a un lago donde nadan garzas, tinguas y otros patos. En la casita tenía juguetes e instrumentos de música y alrededor tres vacas que se llamaban: La niña, La pinta y La coloréa. Actualmente rueda por Barcelona (España) entre trazos, muecas y disonancias.

Lleva el pelo y las barbas largas casi siempre. Es un poco pata´eperro y como su padre sieteoficios. Pinta, escribe un poco, le encanta cantar y actuar y cuenta cuentos con muñequitos.

Ha sido en algún momento o por algún tiempo: atrilero de banda de pueblo, titiritero y actor, deportista compulsivo, humorista gráfico, conspirador, payaso de fiesta, muralista, músico ambulante, escenógrafo, fotógrafo, letrista de canciones, habitante de roperos, jurado de concursos, improvisador de versos, pintor de brocha gorda, pintor de los que exponen, maestro de ceremonias, maestro de universidad, guionista y actor de televisión, y otros menjurjes que ya borró el olvido.

Le gustan las mujeres con nombre violeta, las casas rosadas, las ballenas azules, los bosques muy verdes, el vino tinto y el humor negro.