Vale, Ya sé, me lo dijisteis:
“¡que no somos manchegos,
que somos alcarreños!”
Seguro que así es.
Pero lleváis muy dentro,
seáis lo que seáis,
la visión y los sueños,
de aquel hidalgo loco,
que recorrió senderos
en busca de aventuras
y enderezando entuertos.
Quijotes del poema,
Dulcineas del verso,
amables, generosos,
de la hidalguía dueños,
valientes poetófilas,
con la palabra tiernos,
tendréis ya un rinconcito
siempre en nuestro recuerdo.