Estamos muy contentos porque ayer martes en el Teatro Buero Vallejo de Guadalajara nos dieron el premio Populares del periódico Nueva Alcarria por la trayectoria del Maratón de los Cuentos. Lo quisimos agradecer con una lectura coral de un poema compuesto por Blanca Calvo para la ocasión. Compartimos aquí los versos de este romance de agradecimiento:
 |
| Un momento de la lectura coral del poema. |
ROMANCE DEL MARATÓN
Érase Guadalajara,
capital de bello cielo,
pequeña, cordial y llena
de castellanos muy recios.
Aquí nos habéis convocado
para recoger un premio
dado por la Nueva Alcarria,
un periódico ya viejo
porque el tiempo no perdona
y nació hace mucho tiempo.
Pues señores, aquí estamos,
y como agradecimiento
os queremos relatar
que, con gran merecimiento,
nuestra ciudad se conoce
como Ciudad de los Cuentos
en España y más allá,
allende los Pirineos,
pues una fiesta sin par
hace mucho que tenemos:
un Maratón no de piernas
sino más bien de cerebros,
una fiesta de palabras,
un Maratón de los Cuentos
al que hace varios meses
Fiesta de Interés hicieron
quienes la Junta gobiernan
en la ciudad de Toledo.
En esta fiesta tan nuestra
para cualquiera hay un hueco:
contamos todas y todos
cual si no existiera el tiempo.
Cuarenta y seis horas justas
dura este gran evento,
desde las cinco de un viernes,
todo el sábado completo,
y el domingo, a las tres,
se cuenta el último cuento.
Se cuenta también de noche
a la luz de los luceros.
Cuentan las asociaciones,
casi todos los colegios,
los jóvenes de instituto,
también cuentan los abuelos.
Cuentan los padres y madres
y cuentan cientos de nietos,
policías de uniforme,
y, de uniforme, un bombero.
Cuentan quienes nada escriben
y quienes mucho escribieron.
Contó don Andrés Berlanga
y contó Buero Vallejo.
Contó García Marquina,
varias veces el Sampedro,
la gran Almudena Grandes,
Picazo el peliculero,
Antonio Herrera Casado,
Puente Docampo el gallego,
Ana María Matute
y muchas más que vinieron,
y otros muchos que vendrán
en los años venideros.
Se inventan los cuentos unas,
otros cuentan lo que oyeron
porque en este Maratón
se usan todos los métodos.
Como tú imaginarás
la palabra es el primero:
sustantivos y adjetivos,
preposiciones y verbos
bailan de bocas a oídos
por miles más que por cientos.
Se cuenta en todas las lenguas:
inglés, chino y hasta griego,
y en las altas madrugadas
se cuenta también con gestos.
Pero también hay quien canta
historias del cancionero,
y otros cuentan con pinceles,
pinturas y lapiceros.
Y las fotos también son
herramienta de cuentero.
Existe una sola regla:
no se lee ningún cuento,
que en el arte de contar
los ojos han de estar sueltos.
El Infantado se llena
de historias y encantamientos.
Y no solo ese Palacio:
también se llenan los centros
donde puede haber personas
que moverse no pudieron.
En la calle también cuentan
magos y titiriteros,
y los del Taller Cyrano
hacen versos por un euro.
Narradores de alto rango
arriban del extranjero,
y su arte nos deleita
en el teatro Moderno.
Los monumentos de Guada
conviértense en monu-cuentos
y Arrebato, la emisora,
los cuentos va transmitiendo.
Mas no tan solo contamos
en la Ciudad de los Cuentos,
que si nos gusta contar
escuchar también queremos:
los mejores escuchando
somos en el mundo entero.
Veintisiete veces ya
se ha celebrado este evento
si hijos y nietas lo quieren
durará mucho más tiempo.
El catorce del mes junio
-no de enero, ni febrero-
volveremos a empezar
con el alcalde y su cuento.
A las cinco de la tarde,
yo perdérmelo no pienso,
y te invito a estar allí:
sigue este mi consejo.
Si contaste alguna vez
una insignia te pusieron,
un pequeño brochecito
que vale más que el dinero:
es el mejor testimonio
de ser guadalajareño.
No diremos más palabras
ni tampoco más octetos,
que no queremos cansaros
y ya terminar queremos.
¡Muchas gracias, Nueva Alcarria!,
¡muchas gracias por tu premio!.
Y colorín colorado,
colorado y colorero.
¡Larga vida al Maratón
de la Ciudad de los Cuentos!
