Hemos crecido en un territorio rural donde lo cotidiano era surrealista, donde nuestras abuelas cortaban las nubes con tijeras y las pulgas nos tatuaban constelaciones en las piernas, donde la mejor fiesta del año era la matanza del cerdo. El tiempo bailaba al ritmo de las cosechas, los cuentos se contaban en la mesa, la oralidad nos vestía, nos llenaba la cuchara y nos calentaba la panza.
Las narradoras
Noemí Caballer Balust, hija de Maria Josep Balust, nieta de Elies Balust, pregonero.
Mon Mas, hija de Josep y Encarnación, labradores de palabras.
Dos narradoras que han crecido en entornos rurales alejados pero similares, lugares donde contar, inventar y narrar formaban parte de su realidad más inmediata.
Desde hace más de veinte años andan contando por separado en escenarios de geografías variadas.
Ahora se han juntado para compartir su universo, a veces absurdo y lleno de humor.